Friday, March 7, 2014

Colombia: La emancipación de la mujer exige su participación en la construcción del Partido – Editorial de “Revolución Obrera”,

 órgano de la Unión Obrera Comunista (mlm)


Nota – Reproducimos a continuación el Editorial firmado por el Comité Ejecutivo de la Unión Obrera Comunista (m-l-m) de Colombia y publicado en su órgano “Revolución Obrera”, Nº 391, de fecha 28 de Febrero de 2014 y extraído de su blog http://blogrevolucionobrera.blogspot.com.es/
EDITORIAL
LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER EXIGE SU PARTICIPACIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO
Desde la antigüedad, la mujer le ha servido a las sociedades opresoras como sostén del propio sistema, que las oprime no solo a ellas, sino a los hombres trabajadores, por eso ella ha sido parte activa, beligerante y consecuente en todas las luchas revolucionarias que han ido transformando la sociedad.
En la sociedad colombiana dominada por el imperialismo, bajo el yugo de la explotación asalariada, los trabajadores en general, y las mujeres en particular, son expropiadas de toda propiedad privada y lanzadas en masa a la producción fabril en calidad de obreras asalariadas, lo cual trae consigo una mejor condición material para luchar de una vez por todas por la emancipación definitiva de la mujer, como parte de la emancipación general de la clase obrera, mediante la Revolución Proletaria Mundial.
Pero en este sistema las únicas oprimidas no son las mujeres proletarias, también lo son las burguesas y pequeño burguesas, lo que también las hace parte de la lucha por la emancipación. Pero el camino del feminismo burgués que proponen las mujeres de otras clases no sirve para este fin, porque no se puede acabar con la opresión de género, si no se acaba con toda la opresión y explotación.
La sociedad burguesa ofrece a las mujeres la “igualdad” de género sin necesidad de acabar con el sistema de explotación asalariada, pero dicho ofrecimiento solo puede ser cumplido formal y jurídicamente, pues este sistema se sostiene oprimiendo y explotando, donde una doble
opresión y doble explotación se ejerce sobre las mujeres: la marital y la burguesa.
La ideología opresora de la burguesía llega a ser tan dominante en un momento dado, que lleva al propio hombre obrero a comportarse en la relación con la mujer como un burgués. Pero la mejor forma de liberarse de tal dominación es elevando el nivel de conciencia de la clase
obrera de que no podrá emanciparse sin la participación activa de las mujeres en la revolución social; y viceversa, la mujer no podrá emanciparse a sí misma sin la lucha mancomunada con sus hermanos de clase contra este sistema de dominación.
Solo con la Revolución Socialista la situación de doble opresión de las mujeres se transformará, pero para ello se necesita al decir de Marx, que en contra del poder colectivo de las clases poseedoras el proletariado pueda actuar, como clase, constituyéndose en Partido Político distinto, opuesto a todos los añejos o nuevos partidos creados por las clases dominantes; que esta constitución del proletariado en un Partido Político es indispensable para asegurar la victoria de la revolución social y de su objetivo final, la supresión de las clases. Ese Partido debe basarse en la ciencia de la revolución proletaria: el marxismo leninismo maoísmo; un Partido en el que las mujeres jugarán un papel destacado, como luchadoras de vanguardia de la clase obrera. ¡Y ellas no serán inferiores a este reto!, porque hay razones suficientes para combatir este sistema capitalista hasta destruirlo, erigiendo sobre las ruinas de su Estado,
uno de dictadura del proletariado que sí garantizará la igualdad real entre hombres y mujeres. Por esto y mucho más, hay razones suficientes para ingresar a las filas revolucionarias, hay razones suficientes para levantar las banderas de las mujeres revolucionarias como Clara
Zetkin, Chiang Ching, Rosa Luxenburgo, Nadiesda Kruspkaya, Ines Arman, entre otras destacadas dirigentes del Movimiento Comunista Internacional que ofrendaron su vida por la causa emancipadora del yugo del capital, y en Colombia María Cano que luchó por dotar a la clase obrera de su organización de vanguardia, el Partido político.
Hoy las mujeres como parte de los oprimidos y explotados no deben prestarse para hacerle juego a las ideas burguesas que llegan a través de los partidos pequeño-burgueses como las de participar en la farsa electoral, de respaldar la paz de los ricos, etc. Estos “cantos de sirena”
convidan a las mujeres a aceptar este sistema que oprime y vive a costa de la explotación de la fuerza de trabajo; que es mucho más cruel para ellas.
El puesto de las mujeres como doblemente oprimidas y explotadas está reservado en la lucha directa y revolucionaria que libran los trabajadores contra el capitalismo, en las organizaciones de masas y en el Partido Comunista Revolucionario, que es el dispositivo estratégico principal
para garantizar la victoria del proletariado y sus aliados campesinos contra este sistema, sin cuya derrota no se podrá suprimir la desigualdad entre el hombre y la mujer.
¡Por la participación activa de las mujeres en la construcción del Partido del proletariado!
¡Adelante!

Comité Ejecutivo
Unión Obrera Comunista (marxista leninista maoísta)

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